viernes, septiembre 25

Hoy te propuse dar un paseo,
la distancia a recorrer era larga
y sugerí calentar un poco enterrándonos en mi edredón,
para evitar lesiones...

Provisiones?
una linterna y algunos dulces fue mas que suficiente.
La ropa no iba a ser necesaria.

Dedique no poco tiempo a inspeccionar el terreno;
como un farero de antaño,
linterna en mano,
y con la paciencia y atención
que la profesión requiere,
me dediqué de lleno a la exploración.

Tú, masticabas algún tipo de golosina y
reías cuando te explicaba los resultados
de mi reconocimiento.

Conté diez dedos en las extremidades inferiores,
tres pecas en tu vientre,
e infinidad de curvas que fui incapaz de clasificar.

Te expliqué entre risas que,
para asegurarnos,
quizás sería mejor ir delante y
buscar un sendero practicable...
esta vez sin linterna.
Las sombras pueden confundir, te dije.

Con los ojos cerrados y
los sentidos bien afinados
me aventuré, intrépido de mi,
a la sutil tarea.